¿Cuántas veces queremos hacer algo y no podemos porque nuestras actividades diarias no lo permiten? ¿Cuántas veces posponemos el libro que queremos leer, la salida con la familia, el tiempo para hacer una clase para nosotros mismos, el tiempo para consentirnos, ver pelis, escuchar música, tomar un tiempo con nuestra pareja?

El tiempo a veces es apretado para la mayoría de nosotros, entre las responsabilidades del hogar, del trabajo y la familia creemos que se nos van los días.

Primero debemos diferenciar entre lo que nos gustaría hacer y lo que hemos decidido hacer. Debes saber también, que siempre podemos reservar un tiempo al día para cualquier actividad, el secreto es la organización y la administración de nuestros tiempos; define tus prioridades.

Empieza reconociendo el tiempo de calidad, éste es un tiempo especial, productivo, satisfactorio y gozoso, en el que enfocaremos todos nuestros sentidos exclusivamente a ese momento., necesitamos aplicar la atención plena a ese momento para disfrutar al máximo, por lo que destina un tiempo específico para ello y algo muy importante es que no tengamos distractores.

Puedes comenzar con un día en específico a la semana, rompe un poquito tu rutina, planea tu actividad favorita, esa que has postergado desde hace tiempo. Activa un recordatorio y organiza lo que necesitas para que ese momento puedas disfrutarlo plenamente.

Recuerda que no necesita ser perfecto, lo más importante es sea especial para ti.