Tomamos vacaciones para tomarnos un descanso y hacer una pausa a nuestra rutina diaria. Y regularmente esto incluye nuestros hábitos alimenticios. Es por lo que normalmente cuando tomamos vacaciones cambian nuestros hábitos de alimentación. Y esto es normal y no significa que estemos haciendo algo malo, únicamente cambios la rutina diaria.
Claro que se pueden disfrutar de unas vacaciones saludables, flexibles y divertidas. Muchas veces relacionamos descanso con botanas, dormir, postres, alcohol, excesos, etc. La clave está en encontrar el punto dónde puedas disfrutar de todas las anteriores sin irnos a los excesos. Incluso cuando abusamos un poco en cantidad o variedad posteriormente no nos sentimos tan bien cómo lo hubiéramos esperado.
¿Pero cómo cambiar la rutina sin irnos al extremo?
- Comienza por evitar restricciones extremas en tu rutina diaria.
- Disfruta de alimentos diversos cuidando porciones. Que sea la adecuada para hacerlo una experiencia placentera.
- Mantente hidratado. Regularmente consumimos más bebidas azucaradas o alcohólicas y dejamos de lado el agua natural, recuerda mantenerte bien hidratado.
- Comparte. Regularmente queremos probar muchos platillos, postres, comidas diferentes. Una manera de poder hacerlo y no comer en exceso es compartir.
- Muévete. Las vacaciones son una gran oportunidad para realizar caminatas, conocer lugares, intentar actividades nuevas, andar en bici, jugar, etc.
- Recuerda que las vacaciones son para disfrutar y relajarse, no estresarse.