Estamos iniciando un año y con esto abrimos un ciclo lleno de oportunidades, algunas de éstas las plasmamos en propósitos y otras las vamos descubriendo en el pasar de los meses.
Pero ¿qué pasa con los propósitos en general? Se dice que sólo el 8% de las personas los cumplen al finalizar el año y la gran mayoría los olvida después de las primeras semanas de enero. Posiblemente esto se deba a que la meta que nos planteamos el primer día del año no es nuestra meta deseada en sí, en el fondo es otra. Si esto te suena familiar, entonces pregúntate ¿para qué quiero lograr eso? o simplemente ¿qué me hará sentir si lo logro? y teniendo más claridad en la forma en que nos sentimos cuándo hacemos o no hacemos algo, posiblemente la meta se cumpla de la manera planeada o con otra estrategia, pues las emociones o sensaciones son la energía que nos impulsarán a diferentes acciones.
Bien sabemos que “perder peso”, “comer saludable” y “hacer ejercicio” son parte del top 10 de los propósitos más comunes. Si este es tu caso, te has preguntado ¿para qué quieres lograrlo? Si la respuesta no un sentimiento o sensación, vuelve a preguntarlo hasta que aparezca entre tus razones: la paz, la libertad, sentirme con energía, la aceptación, sentirme sin inflamación, ligera u otros.
Imagina cómo sería tu vida si te sintieras así, si te hace sonreír y podría ser tu brújula. Y así tus nuevas metas serían sensaciones y no acciones o cosas. Será más fácil lograrlo por varios caminos y trabajar en armonía con tu cuerpo, mente y emociones.
Esto te puede ayudar a tomar decisiones desde tu ser completo, ante cada decisión grande o cotidianas este año pregúntate ¿esto me hace sentir cómo me quiero sentir?
Este año, en Ingenia Nutrición proponemos guiar a nuestros pacientes dándole un sentido a su bien comer, buscaremos que cada una de las decisiones que tomen con relación a la compara, preparación y elección de sus alimentos, esté basada en que las personas se sientan bien disminuyendo la inflamación, recuperen energía, corazón contento, fortaleza, y muchas otras sensaciones con las que el cuerpo habla.
Así que este año ¡Dale un sentido a tu bien comer!