Nuestros hábitos y conductas diarias pueden ser transformadas desde la consciencia y aceptación. Cuando no tenemos una conducta identificada no la podremos transformar. Es por eso por lo que antes de cualquier cambio de conducta, es ideal tomarse el tiempo para observar y analizar las conductas actuales. En este caso, nos referimos a conductas de bienestar dentro de tu empresa, las que haya o podrás darte cuenta de que tal vez hay algunas que te gustaría implementar o modificar. Por ejemplo, la hidratación dentro de tu empresa. ¿Hay disponibilidad suficiente a agua? ¿Qué otros líquidos tienen disponibles los colaboradores?
Recuerda, comenzar por hacer consciente lo inconsciente te llevará a crear un camino para nuevas conductas de bienestar. Una vez que tengas un panorama más amplio de las conductas que acercan a un bienestar o en su caso que alejan a tus colaboradores, será más fácil comenzar a cuestionarse hacia dónde quieres ir. Plantea cuál sería tu ideal de bienestar en la empresa, a partir de aquí podrás determinar qué hábitos y acciones se requieren para poder acercarse a ese ideal. Una vez que tengas acciones, conductas y/o hábitos específicos que quieras aplicar y así podrás comenzar por decidir el tiempo y espacio dónde implementarlo. Al ser más específicos, tenemos la intención de crear el hábito y por ende es más fácil apegarnos a ésta.
Una vez definido la acción, momento y lugar, podrás comenzar a implementarlo. Pero ¿por dónde comenzar?
Como seres sociales es muy común que sigamos e incluso imitemos los hábitos de las personas que nos rodean, hay autores que refieren que somos el resultado de nuestras 5 personas más cercanas. Es por eso la importancia de nuestro contexto dónde nos desarrollamos. Una manera de pertenecer a la sociedad es a través de nuestras decisiones y conductas, incluyendo las de bienestar.
Entonces, para comenzar a implementar un hábito un gran paso sería hacerlo visible, mantenerlo a la vista de los colaboradores y que puedan reforzar y recordar constantemente. Es a través de lo que tenemos visualmente que tomamos elecciones.
Es por eso la importancia de hacer cambios visuales en los entornos donde nos desarrollamos. Dentro de una empresa incluso podemos hacer cambios sin siquiera darle aviso al colaborador, el simple hecho de tener más dispensadores de agua a la vista, opciones más nutritivas en juntas o más variadas, en comedor opciones más caseras y completas, eventualmente llevarán al colaborador a tomar decisiones más alineados con su bienestar.
Otra manera de hacerlo visual es promover los programas de bienestar, semanas de la salud, dar opciones de webinars, etc. Brindarles las herramientas suficientes para poderse acercar a un bienestar.