Por Mercedes Rodríguez
La cultura en la que vivimos determina qué comportamientos son atractivos para nosotros, es por ello que debemos considerar lo siguiente:
• Para desarrollar mejores hábitos, debemos unirnos como individuos a una cultura donde los hábitos que deseas desarrollar sean el comportamiento normal. La identidad compartida comienza a reforzar la identidad individual.
• Coincidir o ser afín con las personas del grupo al que podemos unirnos, para hacer comunidad en el proceso, transforma una misión personal en una misión compartida
• Promueve comportamientos que nos hagan sentir aprobados y respetados para hacer atractivo el nuevo hábito.
Necesitamos hacer los hábitos atractivos pues la expectativa a la experiencia es la que nos motiva a actuar y es así como un programa de bienestar corporativo nos permite impulsar el cambio y mantenimiento de hábitos de salud entre colaboradores, quienes ahora formarán parte de una nueva identidad corporativa.
Por ejemplo:
Ejercicio. Vender practicar ejercicio como un elemento que te ayudará a logra la figura o el peso deseados, podría ser sustituido por promover el ejercicio con el fin de sentirse más relajados y mejorar su energía.
Meditación. Para la mayoría de los colaboradores pareciera robar tiempo para no obtener mucho, podría ser mejor si lo ofreciéramos como un descanso que recarga de energía para rendir mejor.
Entre más atractiva sea una oportunidad, existen más probabilidades de que produzca la formación de nuevos hábitos. Ya que los hábitos son un circuito de retroalimentación conducido por la dopamina. Cuando la dopamina se incrementa, lo mismo ocurre con la motivación para actuar.
Si quieres que tus colaboradores dominen un hábito, la clave será empezar con la repetición de micro hábitos, no con la perfección. Permite que los colaboradores jueguen y aprendan mientras repiten varias veces los hábitos que deseas para ellos.