El ejercicio también ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, lo cual puede impactar en nuestras relaciones con los colaboradores.

Por Laura López Portillo

Normalmente cuando pensamos en actividad física nos viene a la mente los beneficios que puede tener sobre nuestra presión arterial, sistema cardiovascular, apariencia física y prevención de enfermedades no transmisibles. Pero últimamente se ha observado otro beneficio de realizar ejercicio de manera regular, el impacto que puede tener en nuestra manera pensar. Teniendo éste un impacto directo en nuestro rendimiento laboral. Considerando que al practicar ejercicio de manera regular obtenemos varios beneficios cognitivos como lo son, mejor concentración, estimulación de la memoria y creatividad y disminuye el estrés.

Por otra parte, el ejercicio también ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, lo cual puede impactar en nuestras relaciones con los colaboradores.

En un estudio realizado por la revista internacional de gestión de la salud en el lugar de trabajo se reportó que los más de 200 colaboradores participantes mejoraron su eficiencia laboral, aumentando su productividad y teniendo mejores interacciones con sus compañeros.

Tomar la actividad física como parte de nuestro trabajo puede ayudar a incluirlo en nuestra rutina diaria y poderle dedicar un espacio específico a nuestra actividad.

¿Cómo incorporarlo a nuestra rutina laboral?

  • Realiza una actividad que te agrade y te haga sentir bien. Esta relación se ha observado tener un mayor beneficio sobre nuestra salud y es más fácil lograr sostener el hábito. También realizar una actividad que disfrutemos se ha relacionado con una selección más balanceada de alimentos.
  • Enfócate en mejorar tu rendimiento, más allá de sólo realizar actividad física porque “debes de” o “por salud”, establece metas personales que te motiven a persistir y continuar.
  • Crea comunidad, hacerlo acompañado y socializando hace del ejercicio más divertido y aumenta la posibilidad de que continúes realizándolo.
  • Reduce el tiempo que permaneces sentado y/o inactivo.

Recuerda que ser activos de manera diaria con cualquier actividad es mejor que ninguna. No importa que no le puedas dedicar todos los días el tiempo que estableciste o te gustaría, la persistencia es lo que nos hace fortalecer y crear un hábito.

Bibliografía

Coulson J, McKenna J, Field M. Exercising at work and self-reported work performance. International Journal of Workplace Health Management. Vol. 1 No. 3, 2008. • Hogan C, Mata J, Cartensen L. Exercise holds inmediate benefits for affect and cognition in younger and older adults. Psychol Aging, 2013.