No somos los alimentos que comemos; somos la suma de nuestros hábitos diarios.

El concepto de salud ha sido afectado por un conjunto de restricciones o creencias en torno a lo que comemos, pensamos o cuánto nos movemos, con metas inalcanzables fueraEl concepto de salud ha sido afectado por un conjunto de restricciones o creencias en torno a lo que comemos, pensamos o cuánto nos movemos, con metas inalcanzables fuera de nuestro contexto de estilo de vida. Por eso mucha gente no le encuentra sentido a formar parte de un programa de bienestar o le teme a participar en él.

¿Has considerado darle un giro al mensaje de tu programa, para promover opciones de hábitos en cada uno de sus pilares? Al hacerlo, podrías otorgar herramientas apropiadas a diferentes estilos de vida.

Aquí te dejamos algunas sugerencias que te ayudarán:

1. Primero es el cambio de mentalidad:

Para formar hábitos es necesario entender el concepto de salud, que las personas identifiquen todo aquello con lo que no se sienten bien y definan qué y cómo se quieren sentir. ¡Ese será su bienestar! Olvidemos el peso ideal o los cuadritos en el abdomen; cada uno debe crear sus propias expectativas para saber cómo construir su camino. La asesoría de profesionales de la salud les ayudará a que sus metas sean realistas y retadoras. ¡Que lo hagan convencidos!

2. Los hábitos no se crean, se reemplazan:

Si todos los días tomas una taza de café, aprovecha ese momento para planear tu día o hacer un ejercicio de respiración. Estas pequeñas acciones que tus colaboradores ya realizan y disfrutan, se pueden utilizar para incluir un alimento o acción que incremente su bienestar.

3. Es necesario promover cambios en el entorno:

El camino es más sencillo cuando hacen equipo y cuentan con las herramientas más accesibles. Ayúdalos a identificar los obstáculos y provéeles de recursos que les ayuden a saltarlos más fácilmente.

4. La importancia de disfrutar el proceso:

Los juegos, retos o acciones en equipo permiten que los colaboradores se diviertan jugando, compartan experiencias y disfruten el cambio. Eso es lo más valioso dentro del proceso. Los resultados llegarán, pero no lo son todo. Aquello que se disfruta es algo que se podrá mantener en el largo plazo.

5. Gradual, sin prisa y sin comparaciones:

Cada individuo debe tener su concepto de bienestar y el resultado más grande siempre será notar la diferencia del colaborador que inició y el mismo que concluyó; con nuevas habilidades, nuevos gustos y nuevas sensaciones, sin comparar con un estándar de oro o con otros. Eso se construye poco a poco y en ritmos personales.