Sus deseos y objetivos les servirán como impulso para crecer y darle sentido a las herramientas que les estás proporcionando. Para lograr esto, es imprescindible establecer objetivos que se puedan conseguir por medio de metas personales y realistas.
Tener presente sus metas ayudará a los colaboradores a formar parte activa de su proceso de desarrollo y de su crecimiento personal. El alcanzar sus propósitos les brindará una gran satisfacción individual y tú pondrás a prueba sus habilidades, iniciativas, creatividad y compromiso con ellos mismos y con la empresa.
Estas metas deben ser pequeñas y específicas, para que se puedan enfocar en ellas todos los días y darles seguimiento, y así poder llegar a sus objetivos. Una propuesta de valor para establecer las metas con cada uno de los colaboradores puede ser escribir una carta compromiso con su bienestar físico, social y mental.
De lo que se trata es de que cada uno haga de manera consciente lo que no había hecho antes. Por ejemplo, si su objetivo es bajar de peso, el colaborador deberá ponerse metas diarias como: salir a caminar, comer más fruta y verdura, beber más agua, cambiar cierto alimento por otro. Procura que redacten esta carta compromiso en un lenguaje positivo, así les será más sencillo llevarla a cabo.
Comiencen con una intención a la vez y revisen la carta cada determinado tiempo, con la mente abierta a cambios durante el proceso. Asegúrate de que sean metas que se puedan cumplir a lo largo de varios días o semanas y que los vayan acercando a sus objetivos.
Haz que tus colaboradores disfruten el proceso y apóyalos para que se hagan conscientes de los cambios que han logrado, mediante reconocimiento, tableros o menciones. Cuando menos se lo esperen, la suma de todas estas metas forjará una cultura de bienestar, en armonía con el desempeño y el compromiso.