Una de las cosas que más frecuentemente me dicen mis pacientes cuando llegan a consulta buscando cambiar hábitos, es que su cuerpo les pide el azúcar.

Y sí, el azúcar es adictiva y malacostumbramos a nuestro cuerpo a depender de ella, cuando decidimos quitarla, cuesta trabajo ya que nuestro cuerpo debe de aprender a funcionar sin ella.

Lo ideal es hacerlo poco a poco, de esta manera será sostenible y a largo plazo. Dando tiempo a nuestro cuerpo a borrar esa memoria que tiene de vivir con altas cantidades de azúcar.

Algunos ejemplos.

  • Si acostumbras a tomar tu café con 2 cucharadas de azúcar, empieza a tomarlo con 1 ½, luego bajale a 1… ½ y al final disfruta el sabor amargo del café.
  • Si sueles desayunar a diario un pan dulce y café con leche, siendo el pan dulce tu alimento principal, podrás ir bajando de 1 pieza a media, a un cuarto y luego consumirlo ocasionalmente pues ya solamente será un antojo, no una “necesidad”” diaria. Adicional, asegúrate de incluir un desayuno completo, por ejemplo, una taza de papaya y un sándwich, al estar satisfecho será más fácil disminuir la cantidad de pan

Si reeducamos a nuestro paladar para disfrutar el sabor natural de los alimentos, lograrás mantenerlo de por vida, porque si solo sustituyes por un endulzante sin calorías, no estará terminando con el problema central.